Tiempo Litúrgico: Ordinario. Semana III.
Color del día: Blanco.
Memoria obligatoria: San Juan Bosco, presbítero y fundador.
Antífona de entrada
Cf. Sal 131, 9
Que tus sacerdotes, Señor, se vistan de justicia, que tus fieles vitoreen.
Oración colecta
Oh, Dios, que has suscitado en san Juan Bosco, presbítero, un padre y un maestro para los jóvenes, concédenos que, encendidos en su mismo fuego de caridad, podamos ganar almas para ti y solo a ti servirte. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Soportasteis múltiples combates.
No renunciéis, pues, a la valentía.
Lectura de la carta
a los Hebreos 10, 32-39
Hermanos:
Recordad aquellos días primeros, en los que, recién iluminados, soportasteis múltiples combates y sufrimientos: unos expuestos públicamente a oprobios y malos tratos; otros solidarios de los eran tratados así. Compartisteis el sufrimiento de los encarcelados, aceptasteis con alegría que os confiscaran los bienes, sabiendo que teníais bienes mejores, y permanentes.
No renunciéis, pues, a vuestra valentía, que tendrá una gran recompensa.
Os hace falta paciencia para cumplir la voluntad de Dios y alcanzar la promesa.
«Un poquito de tiempo todavía, y el que viene llegará sin retraso; mi justo vivirá por la fe, pero si se arredra le retiraré mi favor».
Pero nosotros no somos gente que se arredra para su perdición, sino hombres de fe para salvar el alma.
Palabra de Dios.
Reflexión sobre la Primera Lectura
Hoy en día, asistimos a una pérdida progresiva del valor de la FIDELIDAD. El consumismo y materialismo en el que muchas veces nos vemos envueltos nos hace con facilidad cambiar de marca, de utensilios, se va creando en nosotros la necesidad del cambio y del utilitarismo, que se reduce a: ya no me sirve, lo cambio o lo tiro; uno nuevo y mejor.
Esto afecta todas las áreas de la vida. Con gran tristeza, vemos cómo muchos de nuestros jóvenes inician el matrimonio con estas ideas destructoras. En muchos de ellos no está el deseo de que sea para toda la vida, si las cosas no empiezan a caminar como ellos pensaban, inmediatamente surge la separación.
Muchos de ellos no están dispuestos a luchar por lo que decían amar. Nada en este mundo que esté relacionado con el amor es fácil, pues el egoísmo, promovido por el demonio y sus aliados, lo alimenta y busca continuamente destruir.
En la vida de fe sucede lo mismo, muchos quisieran una religión a su manera, que no apriete, que no incomode, en donde no exista el compromiso y la persecución. Nuestra lectura nos invita a ser fieles y a luchar por el amor, por nuestros valores, por nuestra fe y no ser como veletas movidas por el viento del egoísmo y de los intereses del mundo. ¡Ánimo!, nosotros somos hombres y mujeres de fe, y la fe y el amor finalmente vencerán.
Salmo responsorial
Sal 36, 3-4. 5-6. 23-24. 39-40
R. El Señor es quien salva a los justos.
- Confía en el Señor y haz el bien, habitarás tu tierra y reposarás en ella en fidelidad; sea el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón. R.
- Encomienda tu camino al Señor, confía en él, y él actuará: hará tu justicia como el amanecer, tu derecho como el mediodía. R.
- El Señor asegura los pasos del hombre, se complace en sus caminos; si tropieza, no caerá, porque el Señor lo tiene de la mano. R.
- El Señor es quien salva a los justos, él es su alcázar en el peligro; el Señor los protege y los libra, los libra de los malvados y los salva porque se acogen a él. R.
Aclamación antes del Evangelio
Cf. Mt 11, 25
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R.
EVANGELIO
Un hombre echa semilla y duerme,
y la semilla va creciendo
sin que él sepa cómo.
Lectura del santo Evangelio
según san Marcos 4, 26-34
En aquel tiempo, Jesús decía al gentío:
«El reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega».
Dijo también:
«¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después de sembrada crece, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar a su sombra».
Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.
Palabra del Señor.
Reflexión sobre el Evangelio
Jesús nos presenta cómo es que crece el Reino. Nos deja ver que no es nuestro esfuerzo el que hace crecer el reino sino la fuerza y la vida que ya está en él. A veces pensamos que nuestro esfuerzo de evangelización no está resultando y no da fruto.
Sin embargo, la acción escondida de Dios en el corazón de aquellos con los que compartimos la Palabra y nuestro testimonio cristiano, va haciendo germinar en ellos la vida del Espíritu. Por otro lado, parecería que nuestro esfuerzo es muy pequeño, sin embargo, ese pequeño grano, ese esfuerzo por hacer que Dios sea conocido y amado, crecerá con la gracia de Dios, hasta ser un gran árbol.
Por lo que no debemos desanimarnos; lo que Dios espera de nosotros es que ayudemos a esparcir la semilla y que tengamos fe en el poder que encierra en sí mismo el Evangelio y el testimonio cristiano.
Antífona de comunión
Bienaventurado el criado a quien el Señor, al llegar, lo encuentre velando; en verdad os digo que le confiará la administración de todos sus bienes.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén
Oración después de la comunión
Dios todopoderoso, que la mesa celestial robustezca y acreciente la fuerza de lo alto en quienes celebramos la festividad de san Juan Bosco, para que guardemos íntegro el don de la fe y caminemos por la senda de la salvación que se nos ha revelado. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración
Señor, tú eres mi herencia, mi porción, la parte que me toca; tú mi riqueza y felicidad, eso es algo que no cambiaré por nada, te espero con ansia, Señor, anhelo la eternidad disfrutando de tu profundo e incontenible amor.
Acción
Hoy meditaré en aquellas cosas en que soy muy consumista, en aquellas cosas o situaciones que estoy tomando como desechable lo que aún puede funcionar.
Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).