02 abril 2025
Guglielmo Gallone - Ciudad del Vaticano | Vatican News
➤ El arzobispo Caccia interviniendo en la reunión de alto nivel sobre la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: Confiar únicamente en el PIB descuida muchas dimensiones del progreso humano. Se necesitan indicadores más completos.
Los países de ingresos medios son “un componente esencial de la economía global” y alberga a la mayoría de la población mundial que vive en la pobreza.
Es lo que subrayó el arzobispo Gabriele Caccia, Observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, en su discurso pronunciado el 1 de abril en la reunión de alto nivel dedicada a estos países en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Una aparente prosperidad
A pesar de generar aproximadamente un tercio del producto interno bruto mundial, estos países, explicó monseñor Caccia, a menudo se encuentran enfrentando serios obstáculos estructurales que frenan su crecimiento y minan el bienestar de sus poblaciones.
Su aparente prosperidad económica esconde profundas desigualdades y fragilidades, vinculadas a fenómenos como los conflictos, la inestabilidad económica, el cambio climático y catástrofes naturales cada vez más frecuentes y violentas.
El PIB no es suficiente
Uno de los principales problemas, destacó el representante del Vaticano, radica en los criterios con los que se mide el desarrollo. “Confiar únicamente en el PIB”, observó, “es descuidar muchas dimensiones fundamentales del progreso humano”.
Este enfoque no sólo ofrece una visión parcial de la realidad, sino que también limita el acceso de muchos países a financiamiento concesional y a formas de cooperación internacional, impidiéndoles satisfacer necesidades reales de desarrollo. Por tanto, "es urgente", continuó Caccia, adoptar indicadores alternativos y más completos, capaces de reflejar los aspectos económicos, sociales y ambientales del desarrollo.
Sólo de esta manera será posible garantizar que la cooperación internacional se adapte verdaderamente a los desafíos específicos que enfrentan los países de ingresos medios.
Financiación para el desarrollo
Otro tema central abordado por el representante de la Santa Sede fue el de la financiación del desarrollo. “La inversión es clave” para que estos países puedan desarrollar su potencial, pero el aumento de la deuda corre el riesgo de obstaculizarlos aún más.
Por eso, declaró, la Santa Sede insta a aumentar los recursos financieros accesibles y no vinculados a la deuda, para evitar que el futuro de poblaciones enteras se vea comprometido por mecanismos de pago insostenibles.
De cara al futuro, el Arzobispo señaló la próxima IV Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo como una oportunidad estratégica para revisar los criterios de evaluación del desarrollo y proponer herramientas innovadoras de apoyo.
Lo que se necesita, concluyó, es un compromiso compartido para "liberar el potencial" de los países de ingresos medios, promoviendo un modelo de crecimiento que no deje a nadie atrás y que sea verdaderamente sostenible para toda la familia humana.
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