Tiempo Litúrgico: Semana Santa. Cuaresma.
Color del día: Morado. Lunes Santo → Lunes de Autoridad.
Antífona de entrada
Sal 34, 1-2; 139, 8
Pele, Señor, contra los que me atacan, guerrea contra los que me hacen guerra; empuña el escudo y la adarga, levántate y ven en mi auxilio, Señor Dios, mi fuerte salvador.
Oración colecta
Concédenos, Dios todopoderoso, que, quienes desfallecemos a cusa de nuestra debilidad, encontremos aliento en la pasión de tu Hijo unigénito. Él, que vive y reina contigo.
PRIMERA LECTURA
No gritará, no voceará por las calles
Lectura del libro de
Isaías 42, 1-7
Así dice el Señor:
«Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien me complazco. He puesto mi espíritu sobre él, manifestará la justicia a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará. Manifestará la justicia con verdad. No vacilará ni se quebrará, hasta implantar la justicia en el país. En su ley esperan las islas.
Esto dice el Señor, Dios, que crea y despliega los cielos, consolidó la tierra con su vegetación, da el respiro al pueblo que la habita y el aliento a quienes caminan por ella:
«Yo, el Señor, te he llamado en mi justicia, te cogí de la mano, te formé e hice de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la cárcel, de la prisión a los que habitan en tinieblas».
Palabra de Dios.
Reflexión sobre la Primera Lectura
El profeta Isaías nos invita durante esta semana a voltear nuestros ojos hacia el elegido de Dios, hacia su Mesías y Salvador. A ver en él la imagen de un hombre deshecho por el pecado de la humanidad, a un hombre que ofreció su vida por la salvación de todos y cada uno de nosotros.
Para el hombre de hoy, tan acostumbrado a tener su mirada fija en las cosas del mundo, tan preocupado por todos los problemas que lo circundan, esta semana de reposo, puede ser una buena oportunidad para que su mirada se vuelva a fijar en Jesús, en aquél que nos dio la vida muriendo por cada uno de nosotros.
Ciertamente las cosas del mundo son importantes, pero es aún más importante que nuestra vida esté centrada en Cristo, ya que esto es lo que hace que todas las demás cosas tomen su justo valor. No dejes que esta semana sea una semana más, vuelve tu vista a Jesús, ora y lee su Palabra. Ojalá y lo puedas hacer con toda tu familia.
Salmo responsorial
Sal 26, 1. 2. 3. 13-14
R. El Señor es mi luz y mi salvación.
- El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mí vida, ¿quién me hará temblar? R.
- Cuando me asaltan los malvados para devorar mi carne, ellos, enemigos y adversarios, tropiezan y caen. R.
- Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la guerra, me siento tranquilo. R.
- Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R.
Aclamación antes del Evangelio
Mt 26, 14-25
R. Gloria y alabanza a ti, Cristo.
Salve, Rey nuestro, solo tú te has compadecido de nuestros errores. R.
EVANGELIO
Déjala; lo tenía guardado
para el día de mi sepultura
Lectura del santo Evangelio
según san Juan 12, 1-11
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.
María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?».
Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando.
Jesús dijo: «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.
Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.
Palabra del Señor.
Reflexión sobre el Evangelio
María, la hermana de Lázaro, en el pasaje que hemos leído, busca manifestarle a Jesús su amor, dándole lo mejor que tiene, lo más precioso, lo más caro; no escatima nada cuando se trata del Señor.
En estos días santos, días en los que muchos aprovechan para descansar, debemos aprender de María, a darle a Jesús lo mejor, no sólo de nuestras cosas físicas sino de nuestro tiempo. No dejemos que nuestro descanso nos lleve a no darle importancia a esta semana tan importante en la que recordamos y volvemos a vivir, con toda la comunidad cristiana, los misterios de nuestra redención.
Es importante descansar, pero hay que hacerlo como lo hacía la familia de Lázaro: "Con el Señor". Como la familia de Lázaro, invitemos a Jesús a nuestras vacaciones y a nuestro descanso. Que Él sea el huésped de honor de nuestras vacaciones, démosle su lugar y aún más, lo mejor de nosotros. Manifestemos también en nuestro descanso que somos amigos y seguidores de Jesús.
Antífona de comunión
Sal 101, 3
No me escondas tu rostro el día de la desgracia. Inclina tu oído hacia mí; cuando te invoco, escúchame en seguida.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén
Oración después de la comunión
Visita, Señor, a tu pueblo, y guarda los corazones de quienes se consagran a tus misterios con amor solícito, para que conserven bajo tu protección, los medios de la salvación eterna que han recibido de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración
Hoy alzo la mirada a ti, Señor, déjame descubrirte durante todo este día, déjame encontrarte en cada paso que doy, déjame ver cómo aún caminas entre nosotros, escondiéndote. Abre mis ojos, Señor, que quiero descubrirte, mirarte y amarte.
Acción
Hoy estaré muy atento a descubrir a Jesús en las personas que me rodean.
Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).