Tiempo Litúrgico: Cuaresma. Semana IV.
Color del día: Morado.
Memoria libre: San Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia.
Antífona de entrada
Sal 53, 3-4
Oh, Dios sálvame por tu nombre, líbrame con tu poder. Oh, Dios escucha mi súplica, atiende mis palabras.
Oración colecta
Oh, Dios, que has preparado el remedio adecuado para nuestra fragilidad, concédenos recibir con alegría la salvación que n os otorgas y manifestarla en nuestra propia conducto. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lo condenaremos a muerte ignominiosa
Lectura del libro de la
Sabiduría 2, 1a. 12-22
Se decían los impíos, razonando equivocadamente: «Acechemos al justo, que nos resulta fastidioso: se opone a nuestro modo de actuar, nos reprocha las faltas contra la ley y nos reprende contra la educación recibida; presume de conocer a Dios y se llama a sí mismo hijo de Dios.
Es un reproche contra nuestros criterios, su sola presencia nos resulta insoportable.
Lleva una vida distinta de los demás, y va por caminos diferentes.
Nos considera moneda falsa y nos esquiva como a impuros.
Proclama dichoso el destino de los justos, y presume de tener por padre a Dios.
Veamos si es verdad lo que dice, comprobando cómo es su muerte.
Si el justo es hijo de Dios, él lo auxiliará y lo librará de las manos de sus enemigos.
Lo someteremos a ultrajes y torturas, para conocer su temple y comprobar su resistencia.
Lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues, según dice, Dios lo salvará»
Así discurren, pero se equivocan, pues los ciega su maldad.
Desconocen los misterios de Dios, no esperan el premio de la santidad ni creen en la recompensa de una vida intachable.
Palabra de Dios.
Reflexión sobre la Primera Lectura
Este hermoso pasaje, referido sin lugar a dudas a Cristo, es perfectamente aplicable a todos los que, como Jesús, buscan vivir de acuerdo al proyecto de Dios.
Y es que un cristiano que vive de acuerdo al Evangelio, será siempre contestado y rechazado por los demás, ya que su manera de vivir los pone en evidencia.
La manera en que concibe la justicia, el amor y la verdad, hace que los que viven de acuerdo a este mundo, se sientan agredidos y, en muchas ocasiones, hasta descubiertos en sus malas acciones. Por ello, los rechazan, los segregan de sus grupos sociales y los tienen por menos.
Este rechazo del mundo es de alguna manera la prueba sustancial de nuestra pertenencia a Cristo, y esta pertenencia es la que hace que la vida de los discípulos del Señor sea plena, recibiendo de él el amor, la consolación y la paz perdurable.
No te dejes engañar por los criterios de este mundo, que te ofrece felicidad pasajera y placer que sólo corrompe. Sé fiel al Señor y él te mostrará la gloria y producirá en tu corazón el gozo y la paz que no pasan nunca.
Salmo responsorial
Sal 33, 17-18. 19-20. 21 y 23
R. El Señor está cerca de los atribulados.
- El Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias. R.
- El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. Aunque el justo sufra muchos males, de todos lo librará el Señor. R.
- Él cuida de todos sus huesos, y ni uno solo se quebrará. El Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él. R.
Aclamación antes del Evangelio
Mt 4, 4b
R. Grandes y maravillosas son tus obras, Señor.
No solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. R.
EVANGELIO
Intentaban agarrarlo, pero todavía
no había llegado su hora
Lectura del santo Evangelio
según san Juan 7, 1- 2. 10. 25-30
En aquel tiempo, recorría Jesús Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo.
Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas.
Una vez que sus hermanos se hubieron marchado a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.
Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron: «¿No es este el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que éste es el Mesías? Pero este sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene».
Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó: «A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él, y él me ha enviado».
Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.
Palabra del Señor.
Reflexión sobre el Evangelio
Uno de los elementos que podemos destacar de este evangelio es el hecho de que Jesús quería pasar desapercibido, pues dice que llegó, no abiertamente sino en secreto, como de incógnito.
Sin embargo, el resultado es que todo el pueblo se dio cuenta de que él estaba ahí. A pesar de que su idea era no ser visto, el celo por la predicación lo lleva al templo, y todos lo reconocen.
Esta es una de las características naturales del cristiano: no puede pasar desapercibido, todo el mundo se da cuenta. Decía el Padre Esquerda: "Quien lo tiene no lo puede ocultar y quien no lo tiene no lo puede fingir".
Y es que la vida, el pensamiento, las actitudes, en fin, todo el ser del cristiano, lo descubre como un seguidor del Maestro. Su ansia de comunicar el Evangelio, lo hace ponerse al descubierto, aun en circunstancias que pudieran considerarse peligrosas. ¿Qué tanto transparentas a Cristo en tu vida diaria?
Antífona de comunión
Cf. Ef 1, 7
En Cristo, por su sangre, tenemos la redención, el perdón de los pecados, conforme a la riqueza de su gracia.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén
Oración después de la comunión
Señor, así como pasamos de lo antiguo a lo nuevo, haz que, abandonada la vieja condición de pecado, nos renovemos con un espíritu santificado. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración
Señor Jesús, tú que vives la ley del amor y la solidaridad de modo profundo, enséñame a mí a vivir continuamente en el amor al prójimo y en la solidaridad con el que sufre y con el hermano que yerra, para que sea yo una viva presencia, en medio del dolor, del consuelo que tú das al mundo por medio de tu Espíritu.
Acción
Consideraré qué cosas me faltan para ser solidario con el que sufre, especialmente con los más cercanos a mí.
Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).