Imagen de un Sagrado Corazón de Jesús. Crédito: Gerardo Juárez / Cathopic
2 de junio de 2023
Por Nicolás de Cárdenas | ACI Prensa
El Obispo de Orihuela-Alicante, Mons. José Ignacio Munilla, ha desgranado algunas enseñanzas que se pueden extraer de las letanías al Sagrado Corazón de Jesús en una conferencia online organizada por la Asociación Enraizados en Cristo y la Sociedad.
Bajo el título “Enseñanzas desde las letanías del Corazón de Jesús”, el prelado disertó al inicio del mes de junio, dedicado de manera especial a esta devoción, sobre esta oración que contiene 33 invocaciones, una por cada año de vida terrena de Jesucristo.
El obispo español comenzó recordando que San Juan Pablo II consideraba que estas letanías “son una oración de veneración y de auténtico diálogo” que se convierte en una “escuela del cristiano”.
A este respecto, Mons. Munilla señaló que “conociendo el interior de Jesucristo, cultivamos nuestro propio interior”, de tal forma que la escuela de madurez del cristiano es el Corazón de Cristo.
En particular, destacó algunas enseñanzas que pueden ser de provecho al recorrer el camino de maduración espiritual que ofrecen las letanías del Sagrado Corazón de Jesús, cuya versión más conocida es la aprobada por el Papa León XIII en 1899.
Humanidad de Jesucristo
Mons. Munilla comentó en primera instancia que estas letanías “subrayan la humanidad de Jesucristo”, que es “nuestro puente de unión con el Padre”, ya que sin ella “sería imposible que tuviésemos la intimidad que podemos tener con Dios Padre”.
De hecho, añadió, “cuando hablamos del Corazón de Jesús no es sino una referencia emblemática a la humanidad de Jesús en su conjunto”.
Por otro lado, el prelado expuso que, siguiendo a Jesús, “nuestro corazón está llamado a ser moldeado por el Espíritu Santo, dócil a la voz de María y de José y tener la gracia, la intimidad de gracias con Cristo en nuestra oración”.
Divinidad de Cristo
El Obispo de Orihuela-Alicante continuó reflexionando sobre cómo las letanías del Sagrado Corazón se refieren también a la divinidad de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Esa unión del Verbo con la humanidad, llamada hipostática, no responde a una “doble personalidad” de Jesús, aclaró el prelado. “Es una persona divina, pero que ha tomado plenamente también la condición humana”, completó.
De este modo, “como es hombre, me entiende perfectamente, me comprende. Y como es Dios, puede salvarme”, indicó Mons. Munilla.
La trascendencia de Dios
En tercer lugar, el Prelado abordó cómo las letanías del Sagrado Corazón ayudan al creyente a adquirir conciencia de la trascendencia de Dios en medio de una cultura -la Occidental- que caracterizó en crisis de autoridad y de paternidad e “infectada del virus del igualitarismo”.
Así, letanías como “Corazón de Jesús, majestad infinita”, ayudan a tomar conciencia del “infinito poder de Dios”. El prelado también señaló que “Dios es trascendente y es inmanente al mismo tiempo”, lo que se refleja en la letanía “Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones”.
A juicio del Obispo de Orihuela-Alicante, esta confluencia debería llevar a los fieles a preguntarse si es Dios o el hombre quien está en el centro de su cosmovisión, porque “la visión teocéntrica es la que responde a la verdad de la vida, no la antropocéntrica”.
Escuela de virtudes y Redentor
Mons. Munilla compartió cómo en las letanías se comprende que Cristo es “la escuela de todas las virtudes”, pues todas se encuentran en Él. De ellas destacó que “el Corazón de Jesús es para nosotros auténtica escuela de misericordia”.
La misericordia “no es puro emotivismo o relativismo”, puntualizó el prelado, sino que “es una gracia regeneradora”. Dicho de otro modo, “Dios nos quiere como somos, pero nos sueña distintos y nos da la gracia para poder ser santos. Esta es la verdadera misericordia”.
Así, “el Corazón de Jesús se presenta en las letanías como nuestro Redentor”. No sólo como “causa ejemplar”, detalló el prelado, sino como “causa eficiente” a través de su Pasión.
A este respecto, expuso que las letanías del Sagrado Corazón dedicadas a su Pasión “subrayan cómo Jesús ha sufrido la máxima prueba como expresión inequívoca, porque nadie puede dudar del amor de quien ha sido capaz de sufrir así por nosotros”.
Apoyado en la letanía “Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte”, el Obispo de Orihuela-Alicante comentó que “lo que nos ha redimido es el sí de la voluntad humana, poderle decir un sí a Dios Padre”.
A continuación, explicó que desde el pecado original “hubo una pugna en el corazón del hombre entre la obediencia a Dios, entre la confianza a Dios y nuestra voluntad y nuestra soberbia”.
Por eso, “es tan importante la invocación ‘en Vos confío’”, subrayó, porque “si por la desobediencia nos vino la muerte, por la obediencia de Cristo nos ha venido la vida”.
La puerta del Corazón traspasado
Mons. Munilla se detuvo a continuación a contemplar la letanía “Corazón de Jesús traspasado por una lanza” que hace referencia al Evangelio de San Juan, único que detalla este episodio, mientras los demás hacen referencia al terremoto que rasgó el velo del templo.
“Ese Corazón abierto es imagen de ese misterio de Dios que ha sido desvelado. Es como el velo del templo que se rompe, el misterio inaccesible de Dios se ha abierto. Ya no hay secretos entre Dios y el hombre. La Revelación ha llegado a su plenitud”, explicó.
“La puerta que era inaccesible para el hombre está abierta. Jesús es la puerta. La humanidad de Jesús en la puerta. Está simbolizada en ese corazón traspasado”, subrayó el prelado.
Las letanías y la Resurrección
Mons. Munilla compartió que “las letanías no sólo hablan de la muerte redentora de Cristo, sino que llegan también a la Resurrección”, que comienza ya “aquí, en esta vida”.
El prelado instó a considerar que "estamos llamados a vivir una vida resucitada aquí y ahora” que se ha de expresar en diferentes signos como la paz y la alegría interior, teniendo un “juicio de misericordia hacia el prójimo”, perseverando en la fe y venciendo el miedo a la muerte.
La fuente de todo consuelo
Por último, el Obispo invitó a meditar la letanía “Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo”, entendido como el disfrute de los dones de Dios en la vida terrena, no como una especie de premio secundario.
“La palabra 'consuelo' es que el don de Dios colma todas mis expectativas. O sea, que está llevando a plenitud el deseo del hombre. Y ese consuelo que recibo de Dios, esa fuerza interior, ese ser confirmado en la gracia, sentirme confirmado, ese es el consuelo”.
Monseñor Munilla | Enseñanzas de las letanías del Corazón de Jesús - Conferencia Enraizados. Crédito: AsociacionEnraizados
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