El Papa Francisco entregará una Rosa de Oro a importante icono de la Virgen María

El Papa Francisco reza ante la imagen de la Virgen Salus Populi Romani. Crédito: Vatican Media

5 de diciembre de 2023 
Por Almudena Martínez-Bordiú | ACI Prensa

El próximo viernes 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, el Papa Francisco entregará una Rosa de Oro al icono de la Virgen Salus Populi Romani de la Basílica de Santa María la Mayor en Roma.

Esta Basílica tiene un significado especial para el Santo Padre, ya que es el lugar que visitó la mañana siguiente de ser elegido Pontífice, el 14 de marzo de 2013, para encomendar su ministerio petrino ante el icono de María Salus Populi Romani, protectora del pueblo romano.

De hecho, el Papa Francisco visita Santa María la Mayor, una de las cuatro basílicas papales, antes y después de cada viaje apostólico como parte de una tradición y un gesto de profunda devoción.

La Rosa de Oro no es una talla cualquiera, ya que posee un profundo significado y su origen tiene raíces muy antiguas. Además, simboliza la bendición papal.

Ejemplo de la Rosa de Oro que el Papa entregó a la Virgen de Guadalupe / Crédito: Cem.Org.Mx.

El Santo Padre rendirá este homenaje el viernes a las 15:30 (hora de Roma), antes de rezar ante la Virgen de la Inmaculada Concepción situada frente a la embajada de España ante la Santa Sede.

La tradición de otorgar una Rosa de Oro se remonta a la Edad Media, y a lo largo de los siglos se ha concedido a monasterios, santuarios y personalidades destacadas en reconocimiento de su compromiso con la fe y el bien común.

Con la entrega de la Rosa a este icono de la Virgen María, por el que el Papa Francisco siente una especial devoción, se subraya la importancia espiritual y el profundo significado que tiene en la vida de la Iglesia Católica, ya que es, además, el santuario mariano más antiguo de Occidente dedicado a la Madre de Dios.

El nacimiento de una tradición

Desde el siglo XII, el cuarto domingo de Cuaresma el Pontífice solía bendecir y llevar una rosa en procesión ecuestre desde la Basílica de la Santa Croce in Gerusalemme hasta el Palacio de Letrán, donde se la ofrecía al Prefecto de Roma (Praefectus Urbi), en reconocimiento del prestigio de la ciudad. Por su parte, el Prefecto mostraba su respeto al Papa besando la rosa sagrada.

La primera Rosa de Oro fue donada en 1551 por el Papa Julio III, profundamente devoto del icono mariano que se conserva en la Basílica, en la que había celebrado su primera Misa.

Posteriormente, en 1613, el Papa Pablo V donó otra de estas flores con motivo del traslado del venerado icono a su nueva capilla.

Lamentablemente, en la actualidad en la Basílica no se conservan ninguna de las Rosas donadas por los dos Pontífices. Es una posibilidad que se hayan perdido con la invasión napoleónica de los Estados Pontificios, ocurrida en 1797.

A partir del siglo XIII, los Pontífices entregaron la Rosa de Oro como una expresión de gratitud, acogida y hospitalidad. Además, como forma de agradecimiento y reconocimiento fue donada por los Papas a lo largo de los siglos siguientes a importantes soberanas o reinas.

La primera reina en recibir una fue Isabel de Castilla, en 1493, otorgada por el Papa Inocencio VIII. Más adelante recibió una rosa María Estuardo de Escocia, a instancias de Pío IV, en 1555.

Se trataba de mujeres especialmente comprometidas con la defensa y los valores de la Iglesia Católica. Sin embargo, también se obsequió estas rosas a ciertas ciudades que habían luchado en defensa de la fe.

A partir del siglo XVII, los homenajes de los Papas fueron principalmente a figuras femeninas o a iglesias y basílicas. La Basílica de San Pedro del Vaticano ha recibido cinco Rosas de Oro a lo largo de los siglos.

Desde el Concilio Vaticano II y por voluntad de San Pablo VI (cuya primera rosa fue donada en 1964 a la Basílica de la Natividad de Belén), la Rosa de Oro ha sido entregada exclusivamente a algunos de los santuarios marianos más famosos.

Cabe recordar que el Papa Francisco llevó una Rosa de Oro al santuario de Fátima en 2017, la tercera entregada a este santuario después de las que obsequiaron San Pablo VI y Benedicto XVI.

En los últimos años, la Rosa de Oro ha sido llevada como signo de devoción mariana a varios santuarios del mundo.

Debido a este homenaje, el comisario extraordinario de la Basílica de Santa María la Mayor, Mons. Rolandas Makrickas, ha señalado que “el regalo de la Rosa de Oro es un gesto histórico que expresa visiblemente el profundo vínculo del Papa Francisco con la Madre de Dios, venerada en este santuario bajo el título de Salus Populi Romani. El pueblo de Dios se fortalecerá aún más en su vínculo espiritual y devocional con la Santísima Virgen María. A la Salus le pedimos el don de la paz para el mundo entero”.

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