Santa Jacinta Marto (foto recortada) | Crédito: Fallaner - Wikimedia Commons CC BY-SA 4.0 DEED
19 de febrero de 2024
Por Abel Camasca | ACI Prensa
Este 20 de febrero es la fiesta de Santa Jacinta Marto, vidente de la Virgen de Fátima. Ella tuvo una aparición de la Madre de Dios antes de morir, en la que recibió un pedido especial.
Santa Jacinta, San Francisco y Lucía fueron los tres pastorcitos a quienes la Virgen de Fátima se les apareció en varias ocasiones en 1917.
De acuerdo al sitio web de santos corazones.org, administrado por las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María, Jacinta frecuentó asiduamente la Santa Misa y se dedicó a hacer mortificaciones luego de las apariciones.
En diciembre de 1918, ella y su hermano Francisco enfermaron durante una epidemia de bronconeumonía. Meses después, el niño falleció, y Jacinta sufrió mucho por su pérdida. La salud de la pequeña se agravó.
Cierto día Jacinta le contó a Lucía que la Virgen la había visitado y que le preguntó si quería seguir convirtiendo a los pecadores. Como le contestó que sí, la Virgen de Fátima le dijo que entonces iría a un hospital y sufriría mucho.
La Madre de Dios le pidió que todo lo padezca por la conversión de los descarriados, en reparación de las ofensas contra su Corazón y por amor a Jesús. Asimismo, le explicó que su mamá la acompañaría, pero que al final se quedaría sola.
Más adelante, a Jacinta le apareció una llaga grande en el pecho que llegó a infectarse. Padeció un gran tormento, pero a su prima Lucía le dijo: "Sufro mucho, pero ofrezco todo por la conversión de los pecadores y para desagraviar al Corazón Inmaculado de María".
Fue llevada a un hospital de Lisboa. Su mamá la acompañó por unos días, pero tuvo que regresar a casa. Fue sometida a una operación en la que le quitaron dos costillas y los dolores que sufrió fueron insoportables.
Jacinta le contó a una enfermera que la Virgen se le había aparecido para decirle que pronto vendría a buscarla y que desde ese momento ya no padecía de dolores.
Tres días después, el 20 de febrero de 1920, la santa manifestó que se sentía mal y pidió los últimos sacramentos.
Logró confesarse y rogó que le llevaran rápido la Comunión antes de que muriera. Sin embargo, no pudo cumplir su último deseo porque falleció.
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