Tiempo Litúrgico: Pascua. Semana VI.
Color del día: Blanco.
Memoria libre: San Francisco de Gerónimo, misionero.
Oración Colecta
Infunde siempre, Señor, en nuestro corazón el deseo de abundar en buenas obras, para que, tendiendo sin cesar a lo que es más perfecto, nos esforcemos en vivir en plenitud el misterio pascual. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera Lectura
Del libro de los Hechos
de los Apóstoles (18, 23-28)
El judío Apolo demostró, por medio
de la escritura, que Jesús es el Mesías.
En aquellos días, después de haber estado en Antioquía algún tiempo, emprendió Pablo otro viaje y recorrió Galacia y Frigia, confirmando en la fe a los discípulos.
Un judío, natural de Alejandría, llamado Apolo, hombre elocuente y muy versado en las Escrituras, había ido a Efeso. Aquel hombre estaba instruido en la doctrina del Señor, y siendo de ferviente espíritu, disertaba y enseñaba con exactitud lo concerniente a Jesús, aunque no conocía más que el bautismo de Juan.
Apolo comenzó a hablar valientemente en la sinagoga. Cuando lo oyeron Priscila y Aquila, lo tomaron por su cuenta y le explicaron con mayor exactitud la doctrina del Señor. Como él deseaba pasar a Grecia, los hermanos lo animaron y escribieron a los discípulos de allá para que lo recibieran bien.
Cuando llegó, contribuyó mucho, con la ayuda de la gracia, al provecho de los creyentes, pues refutaba vigorosamente en público a los judíos, demostrando, por medio de las Escrituras, que Jesús era el Mesías.
Salmo responsorial
(Sal 46, 2-3. 8-9. 10)
R/ Dios es el rey del universo. Aleluya.
- Aplaudan, pueblos todos; aclamen al Señor, de gozo llenos, que el Señor, el Altísimo, es terrible y de toda la tierra, rey supremo. R.
- Porque Dios es el rey del universo, cantemos el mejor de nuestros cantos. Reina Dios sobre todas las naciones desde su trono santo. R.
- Los jefes de los pueblos se han reunido con el pueblo de Dios, Dios de Abraham, porque de Dios son los grandes de la tierra. Por encima de todo Dios está. R.
Evangelio
† Del santo Evangelio
según san Juan (16, 23-28)
El Padre mismo los ama, porque ustedes me
han amado y han creído que salí del Padre.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo les aseguro: cuanto pidan al Padre en mi nombre, se lo concederá. Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa.
Les he dicho estas cosas en parábolas; pero se acerca la hora en que ya no les hablaré en parábolas, sino que les hablaré del Padre abiertamente.
En aquel día pedirán en mi nombre, y no les digo que rogaré por ustedes al Padre, pues el Padre mismo los ama, porque ustedes me han amado y han creído que salí del Padre. Yo salí del Padre y vine al mundo; ahora dejo el mundo y vuelvo al Padre”.
Reflexión sobre el Evangelio
Una de las noticias más hermosas que Jesús les da a sus discípulos en estos discursos de despedida es decirles que el Padre les ama; como cuando nuestro mejor amigo nos dice que no sólo somos importantes para él sino para su familia. Es importante notar que el Padre ama a los discípulos por una razón fundamental: "Porque ustedes me aman, dice Jesús y porque han creído en mi".
El apóstol san Juan no se cansa de confirmarle a la comunidad que el Padre nos ama, sin embargo, mantiene la invitación a que nosotros amemos a Jesús y sobre todo, le creamos. Es cuestionante ver cómo hoy tantos discípulos de Jesús, hombres y mujeres bautizados, dicen amarle pero ya no le creen y no lo obedecen, lo que seguramente entristece al Padre y al mismo Jesús, que en el capítulo anterior nos llama "amigos".
Si pudiéramos comprender lo que este amor significa, buscaríamos la forma de que esta relación con Jesús creciera para que el amor del Padre fuera cada día más pleno y prefecto en nosotros. Cierto que no todo lo que nos dice Jesús es fácil de cumplir y que mantener una relación con Él no es fácil pues es exigente, pero con lo que hoy nos ha dicho, vale la pena.
Busca la forma de que tu relación con Cristo sea más cercana e íntima, cree firmemente en él, en su palabra y en su amor y verás cómo se derrama el amor del Padre en tu vida.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Adaptado de:
Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), Catholic.net, ACI Prensa.
Verificado en:
Ordo Temporis, Ciclo B, 2023-2024, Conferencia Episcopal de Costa Rica.