Por David Ramos | ACI Prensa
El párroco de la parroquia Santo Domingo Savio de Bogotá (Colombia), P. Laureano Barón, denunció con profundo dolor un sacrilegio, “el acto más grave”, durante una reciente Misa: Una mujer recibió la Eucaristía y, una vez de regreso a su lugar, le dio un fragmento a su mascota.
Al final de la Misa del domingo 28 de abril, el P. Barón expresó a los fieles reunidos en la parroquia: “Tengo que decir algo que me duele enormemente (...) hace unos días uno de nuestros acólitos observó que una mujer que pasó a comulgar con su mascota al llegar al lugar del puesto donde estaba sacó un pedazo de la hostia y se la dio a su animal.”
El sacerdote colombiano de 65 años, a cargo de la parroquia Santo Domingo Savio desde 2022, advirtió que lo hecho por la mujer con la Eucaristía “constituye en un sacrilegio”, por lo que ella “tiene que acercarse y tiene que confesarse”.
“Ni siquiera yo la puedo perdonar”, indicó, sino que “le toca ir ante el obispo, porque eso es el acto más grave y más sacrílego que hay”.
El Código de Derecho Canónico, la legislación de la Iglesia Católica, en su numeral 1382 - § 1 establece que “quien arroja por tierra las especies consagradas, o se las lleva o las retiene con una finalidad sacrílega, incurre en excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica”, es decir al Vaticano.
A continuación, el P. Barón recordó que la Iglesia Católica permite que la Comunión se pueda recibir en la mano o en la boca, pero señaló: “si la recibes en la mano, tienes que consumirla delante del ministro, no te la puedes llevar a ningún sitio”.
“Alguna vez una mamá sacó un pedacito y se la dio al chiquito que le pedía ‘déjame saber a ver cómo sabe eso’”, lamentó. “Pareciera que no entendiéramos que estamos ante el milagro más grande del mundo y ante lo más sagrado que tenemos”, subrayó.
La Instrucción Redemptionis Sacramentum, publicada en 2004 por la entonces Congregación —hoy Dicasterio— para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano, señala en su numeral 92:
“Aunque todo fiel tiene siempre derecho a elegir si desea recibir la sagrada Comunión en la boca, si el que va a comulgar quiere recibir en la mano el Sacramento, en los lugares donde la Conferencia de Obispos lo haya permitido, con la confirmación de la Sede Apostólica, se le debe administrar la sagrada hostia”.
“Sin embargo, póngase especial cuidado en que el comulgante consuma inmediatamente la hostia, delante del ministro, y ninguno se aleje teniendo en la mano las especies eucarísticas. Si existe peligro de profanación, no se distribuya a los fieles la Comunión en la mano”, añade.
Sacrilegio con la Sagrada Comunión. Crédito: Parroquia Santo Domingo Savio Bogotá
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