Fotografía de los participantes del Sínodo de la Sinodalidad este 26 de octubre | Crédito: Vatican Media
26 de octubre de 2024
Por Hannah Brockhaus y Almudena Martínez-Bordiú | ACI Prensa
En un movimiento inesperado al concluir el Sínodo de la Sinodalidad este sábado por la noche, el Papa Francisco ratificó el informe final, aprobó su publicación inmediata y anunció que no emitirá un documento postsinodal por separado.
El Pontífice, según el derecho canónico, tiene permitido ratificar el documento final de un Sínodo de los Obispos, lo cual otorga mayor peso a las “directrices” de la asamblea, algo que nunca se había hecho antes.
“Quiero, de esta manera, reconocer el valor del camino sinodal completado, que a través de este documento entrego al santo pueblo fiel de Dios”, expresó el Santo Padre en un discurso transmitido en vivo a los participantes del sínodo en el Aula Pablo VI del Vaticano, este 26 de octubre.
“Por eso no tengo intención de publicar una exhortación apostólica; lo que hemos aprobado es suficiente”, añadió. “Ya hay indicaciones muy concretas en el documento que pueden ser una guía para la misión de las Iglesias, en los diferentes continentes y en diversos contextos; por eso lo pongo a disposición de todos de inmediato, por eso he dicho que debía publicarse”.
Según Episcopalis Communio, la constitución apostólica de 2018 que regula los sínodos de los obispos, “una vez obtenida la aprobación de los miembros, el Documento Final de la Asamblea se presenta al Romano Pontífice, quien decide sobre su publicación. Si es expresamente aprobado por el Romano Pontífice, el Documento Final participa en el Magisterio ordinario del Sucesor de Pedro”.
“El Papa Francisco, al aprobar el documento, ha actuado en cumplimiento de lo dispuesto por Episcopalis Communio…”, afirmó el P. Riccardo Battocchio, secretario especial del sínodo, en una conferencia de prensa de presentación del documento final el 26 de octubre.
El Sínodo de los Obispos fue fundado en 1965 por San Pablo VI como una manera de reunir a obispos de todo el mundo para discutir temas importantes para la Iglesia y brindar consejo al Papa.
Una novedad de las sesiones de 2023 y 2024 del Sínodo de la Sinodalidad fue la inclusión de laicos, hombres y mujeres, no solo como “auditores”, como se hacía anteriormente, sino como delegados con plena participación junto a los obispos, incluyendo el derecho a votar sobre los asuntos del sínodo y el documento final de la asamblea.
El Sínodo de la Sinodalidad es el quinto sínodo del pontificado del Papa Francisco. Marca la primera vez en que decide no escribir una exhortación apostólica postsinodal, optando en cambio por adoptar el texto elaborado por los participantes del sínodo.
“Hay y habrá decisiones que tomar,” dijo el Papa Francisco en su discurso final el sábado, poco antes de que la asamblea rezara el Te Deum para marcar el cierre de las discusiones del Sínodo sobre la Sinodalidad.
La asamblea de un mes culminará formalmente con una Misa en la Basílica de San Pedro el 27 de octubre.
El Santo Padre indicó que para algunas de las indicaciones del documento — y los temas que están siendo examinados por los 10 grupos de estudio, “que deben trabajar con libertad para ofrecerme propuestas” — “se necesita tiempo para llegar a decisiones que involucren a toda la Iglesia”.
“Yo, entonces, seguiré escuchando a los obispos y a las Iglesias que les han sido confiadas”, continuó. “Esto no es el clásico modo de posponer decisiones indefinidamente. Es lo que corresponde al estilo sinodal con el cual incluso el ministerio petrino debe ejercerse: escuchar, convocar, discernir, decidir y evaluar.”
El Pontífice añadió que la secretaría general del sínodo y los dicasterios del Vaticano lo asistirán en esta tarea.
La Iglesia sinodal “ahora necesita que las palabras compartidas vayan acompañadas de acciones”, concluyó.
Imagen del Papa Francisco durante su discurso en la sesión final del Sínodo de la Sinodalidad | Crédito: Vatican Media
Documento final del Sínodo de la sinodalidad: Lo que debes saber
El resultado del proceso sinodal que comenzó en 2021 y se debatió en Roma durante dos años consecutivos se ha materializado en un documento cuyas propuestas marcarán el futuro de la Iglesia.
El Papa Francisco dijo este sábado 26 de octubre que adopta el documento completo y, en una desviación de la práctica habitual, no publicará una Exhortación Apostólica, por lo que el texto ya se considera parte del Magisterio de la Iglesia Católica.
Un total de 355 miembros del Sínodo votaron de forma secreta cada uno de los párrafos de las 54 páginas del documento, en las que reflejan las conclusiones sobre cuestiones como el papel de la mujer, la descentralización de la autoridad de la Iglesia o el aumento de la participación de los laicos en la toma de decisiones.
El borrador de este documento obtuvo un total de 1.135 enmiendas (950 colectivas y 185 individuales). En cuanto a las diferencias con el informe de síntesis de la asamblea de 2023, el documento final de 2024 presenta propuestas más desarrolladas y recomendaciones estructurales más claras.
El de este año es un informe más concreto, con menos interrogantes y propuestas más específicas dividido en 5 partes: Corazón de la sinodalidad (llamados por el Espíritu Santo a la conversión); Juntos sobre la barca (la conversión de las relaciones); Echad las redes (la conversión de los procesos); Una pesca abundante (la conversión de los lazos) y “También os envío a vosotros” (formar un pueblo de discípulos misioneros).
Cambios estructurales clave
En cuanto a los cambios estructurales clave que se proponen, destacan los consejos pastorales a nivel parroquial y diocesano. El documento insta a celebrar “con cierta regularidad asambleas eclesiales a todos los niveles”, buscando además “no limitar la consulta dentro de la Iglesia Católica, sino estar abiertos a escuchar la aportación de otras Iglesias”.
Los miembros del Sínodo demandan también nuevos procesos de evaluación para el liderazgo de la Iglesia. El documento hace referencia a una “autoridad sinodal”, proponiendo un equilibrio con la autoridad episcopal, a la que se refieren como “irrenunciable” pero “no incondicionada”.
De este modo, propone una revisión de las normas canónicas “en clave sinodal, que aclare tanto la distinción como la articulación entre consultivo y deliberativo, e ilumine las responsabilidades de quienes participan en los procesos de toma de decisiones en sus diversas funciones”, puede leerse en el párrafo 92.
Indica también la necesidad de establecer requisitos de rendición de cuentas financieras, medidas de prevención y respuestas al abuso, así como mecanismos de informes regulares y mayores requisitos de transparencia.
El documento reitera la unidad en la diversidad propuesta desde el inicio del Sínodo, sugiere una continua relación entre las Iglesias orientales y Latina e iniciativas ecuménicas y provisiones para la adaptación cultural de cada contexto.
También considera una revisión integral de la formación en seminarios, así como una integración de los principios pastorales.
El papel de las mujeres en la Iglesia
Respecto al papel de las mujeres en la Iglesia, el documento plantea un estudio continuo del ministerio diaconal así como un aumento de los roles de liderazgo, la participación en la formación del clero y mayor voz en los procesos de toma de decisiones.
En concreto, el párrafo 60 indica que “no hay razones para impedir que las mujeres asuman funciones de liderazgo en la Iglesia: no se puede detener lo que viene del Espíritu Santo”. Afirman en este sentido que “la cuestión del acceso de las mujeres al ministerio diaconal también sigue abierta” y que “es necesario seguir discerniendo a este respecto”.
Mayor responsabilidad de los laicos
Los laicos adquieren un papel esencial en el documento final. Los miembros han votado por una mayor presencia en las asambleas sinodales, “en los procesos de discernimiento eclesial y en todas las fases de la toma de decisiones”.
También instan a llevar a cabo nuevos procesos de evaluación y selección de los obispos, una participación más amplia de los laicos en los puestos de responsabilidad en las diócesis, así como el aumento de su presencia en los procesos canónicos.
En cuanto a los temas más controversiales, se remarca la búsqueda de un equilibrio entre la tradición y las necesidades pastorales, así como el papel de la consulta de los expertos.
Aunque la asamblea del Sínodo de la Sinodalidad ha llegado este sábado a su fin y el Papa Francisco da “por completado el camino sinodal”, aún queda por delante una etapa crucial centrada en la implementación de las medidas acordadas para hacer de la sinodalidad “una dimensión constitutiva de la Iglesia”.
XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos - Sesión de clausura, 26 de octubre de 2024. Crédito: Vatican News - Español
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