Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones. Viernes, 28 de marzo de 2025.


Tiempo Litúrgico: Cuaresma. Semana III.
   Color del día: Morado.  



Antífona de entrada
Sal 85, 8. 10

No tienes igual entre los dioses, Señor: grande eres tú y haces maravillas, tú eres el único Dios

Oración colecta

Infunde bondadosamente, Señor, tu gracia en nuestros corazones, para que sepamos apartarnos de los errores humanos y secundar las inspiraciones  que, por tu generosidad, nos vienen del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA
No llamaremos ya “nuestro Dios”
a la obra de nuestras manos

Lectura de la profecía
de Oseas 14, 2-10

Esto dice el Señor: «Vuelve, Israel, al Señor tu Dios, porque tropezaste por tu falta. Tomada vuestras promesas con vosotros y volved al Señor.

Decidle: “Tú quitas toda falta, acepta el pacto.

Pagaremos con nuestra confesión: Asiria no nos salvará, no volveremos a montar a caballo, y no llamaremos ya “nuestro Dios” a la obra de nuestras manos.

En ti el huérfano encuentra compasión»

“Curaré su deslealtad, los amaré generosamente, porque mi ira se apartó de ellos. Seré para Israel como rocío, florecerá como lirio, echará sus raíces como los cedros del Líbano.

Brotarán sus retoños y será su esplendor como el olivo y su perfume corno el Líbano.

Regresarán los que habitaban a su sombra, revivirán como el trigo, florecerán como la viña, será su renombre como la del vino del Líbano.

Efraín, ¿qué tengo que ver con los ídolos?

Yo soy quien le respondo y lo vigila. Yo soy como un abeto siempre verde, de mí procede tu fruto.

¿Quién será sabio, para comprender estas cosas, inteligente, para conocerlas?

Porque los caminos del Señor son rectos: los justos los transitan, pero lo traidores tropiezan en ellos».

Palabra de Dios.

Reflexión sobre la Primera Lectura

Una de las cosas que más impresiona en este pasaje es la ternura de Dios para con el pecador.

Quizás, algo que todavía debamos cambiar en nuestro corazón es nuestro concepto de Dios y de su amor infinito. Muchos de nosotros nos pareceríamos al hijo pródigo de la parábola contada por Jesús el cual, mientras caminaba de regreso al Padre todavía iba preparando su "excusa" o su defensa.

El final de la parábola nos muestra que no necesitamos defensa ni excusa con Dios, pues Dios es un Padre tierno y amoroso que nos ama incondicionalmente.

Nos ama por lo que somos: sus hijos, y no por lo que hayamos hecho o dejado de hacer. Aprovechemos cualquier momento para recibir el amor y el perdón incondicional de Dios, a través del Sacramento de la Reconciliación y déjate abrazar por él.

Salmo responsorial
Sal 80, 6c-8a. 8bc-9. 10-11ab. 14 y 17

R. Yo soy el Señor,
Dios tuyo: escucha mi voz.
  • Oigo un lenguaje desconocido: «Retiré sus hombros de la carga, y sus manos dejaron la espuerta. Clamaste en la aflicción, y te libré. R.
  • Te respondí oculto entre los truenos, te puse a prueba junto a la fuente de Meribá. Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti; ¡ojalá me escuchases, Israel! R.
  • No tendrás un dios extraño, no adorarás un dios extranjero; yo soy el Señor, Dios tuyo, que te saqué del país de Egipto. R.
  • ¡Ojalá me escuchase mi pueblo y caminase Israel por mi camino! Los alimentaría con flor de harina, te saciaría con miel silvestre». R.

Aclamación antes del Evangelio
Mt 4, 17

R. La salvación y la gloria y el poder son del Señor Jesucristo.

Convertíos – dice el Señor -, porque está cerca el reino de los cielos. R.

EVANGELIO
El Señor, nuestro Dios,
es el único Señor, y lo amarás

Lectura del santo Evangelio
según san Marcos 12, 28b-34

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?».

Respondió Jesús: «El primero es: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. » El segundo es este: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.» No hay mandamiento mayor que éstos».

El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».

Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios».

Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Palabra del Señor.

Reflexión sobre el Evangelio

Una de las cosas que todavía me sorprende es que cuando hacemos nuestro examen de conciencia empezamos siempre con el segundo mandamiento y pocas veces nos ponemos a reflexionar si realmente estamos cumpliendo con el primero ya que está a la base de todos los demás.

¿Te has puesto a pensar sobre cuánto amas a Dios? La ley nos dice que se debe amar a Dios con todo el corazón, con toda nuestra mente, con todas nuestras fuerzas pero, ¿cómo? ¿Qué significa esto? El problema del amor es siempre el punto de referencia.

El cristiano tiene como único punto de referencia a Cristo, es decir, al amar tenemos que hacerlo de la misma manera que él lo hizo: hasta dar la vida por el ser amado. El mandamiento expresado por la ley y por Cristo implicaría dar la vida por Dios, sin embargo, no vayamos tan lejos, preguntémonos hoy ¿seríamos capaces de dejar de hacer algo que es pecado por amor a Dios?

Si no somos capaces de dejar el pecado por amor a Dios, mucho menos lo seremos de donarle toda nuestra mente, todo nuestro corazón y todo nuestro ser para que en nuestra vida encuentre su gloria. ¿Qué tanto amas a Dios? ¡Pruébaselo!

Antífona de comunión
CF. Mc 12, 33

Amar a Dios con todo el corazón, y al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los sacrificios.

Comunión espiritual

Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.

Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén

Oración después de la comunión

La acción de tu poder, Señor, penetre nuestros cuerpos y almas, para que poseamos en la plenitud de la salvación lo que en esta participación hemos recibido. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración

Señor, me asombra tu amor y tu misericordia; gracias por perdonar todas mi maldades, por aceptar mi arrepentimiento sincero y porque cada vez, a pesar de que caigo y no cumplo mi palabra, tú has aceptado nuevamente mi promesa de volverme a ti; cura, Dios mío, mis infidelidades.

Acción

En este día repasaré los mandamientos del Señor y confrontaré mi vida con ellos. Haré énfasis en los mandamientos que más he incumplido o pasado por alto y me haré consciente de cómo han afectado mi persona y la de los que me rodean.

Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).