Ramadán y Cuaresma, musulmanes y cristianos amigos más allá de las ideologías

Primera oración del viernes de Ramadán en Santa Sofía de Estambul

07 marzo 2025
Tiziana Campisi - Ciudad del Vaticano | Vatican News

El Dicasterio para el Diálogo Interreligioso publica un mensaje para el mes de ayuno del Islam, que este año «coincide en gran parte con la Cuaresma»: los valores que compartimos como la justicia, la compasión y el respeto a la creación son la brújula para ser constructores de puentes y no de muros.

"Construir, a través del diálogo, un futuro común, fundado en la fraternidad", "ser hermanos y hermanas en humanidad, que se estiman profundamente": éste es el desafío que cristianos y musulmanes están llamados a afrontar "en un mundo marcado por la injusticia, los conflictos y la incertidumbre sobre el futuro". 

Así lo subraya el mensaje del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso para el mes de Ramadán e 'Id al-Fitr, titulado "Cristianos y musulmanes: lo que esperamos llegar a ser juntos", difundido este viernes 7 de marzo por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

En el texto, firmado por el Prefecto y Secretario del Dicasterio, el cardenal George Jacob Koovakad y monseñor Indunil Kodithuwakku Janakaratne Kankanamalage, se subraya que "musulmanes y cristianos pueden ser testigos" de fraternidad y diálogo, "en la convicción de que la amistad es posible a pesar del peso de la historia y de las ideologías que atrapan".

Ramadán y Cuaresma, tiempos de oración y caridad

El Ramadán, "tiempo de ayuno, oración y compartir", "ocasión privilegiada para acercarse a Dios y renovarse en los valores fundamentales de la fe, la compasión y la solidaridad", coincide este año "en gran medida con la Cuaresma, que para los cristianos es tiempo de ayuno, súplica y conversión a Cristo", señala el mensaje. Una "cercanía", que "en el calendario espiritual", que "ofrece una oportunidad única para caminar codo con codo, cristianos y musulmanes, por un camino común de purificación, oración y caridad".

"Para nosotros, católicos, es una alegría compartir este momento con vosotros, porque nos recuerda que todos somos peregrinos en esta tierra y que todos intentamos 'vivir una vida mejor", escriben el prefecto y el secretario del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, instándoles a reflexionar, junto con los musulmanes, sobre qué es posible hacer "para 'vivir una vida mejor'" y cómo esforzarse por ser "auténticos hermanos y hermanas comunes testigos de la amistad de Dios con toda la humanidad".

La Cuaresma es un tiempo litúrgico de oración y penitencia que ofrece la Iglesia para prepararse para el Triduo Pascual. | Crédito: Kamil Szumotalski / Unsplash en ACI Prensa

La fe, un camino de conversión interior

Y si los católicos consideran que el Ramadán no es "un simple mes de ayuno", sino "una escuela de transformación interior" que ayuda a "centrar la atención en lo esencial", un "tiempo de disciplina espiritual" que invita a "cultivar la piedad", "una virtud que acerca a Dios y abre el corazón a los demás", en Cuaresma, los cristianos siguen "un camino similar" y "a través del ayuno, la oración y la limosna" buscan "purificar" sus "corazones" y centrarse "en Aquel que guía y dirige" la vida humana. 

Así, "estas prácticas espirituales, aunque expresadas de maneras diferentes", "nos recuerdan que la fe no es sólo una cuestión de gestos externos, sino un camino de conversión interior".

La justicia y la compasión inspiran acciones comunes

"La fe en Dios es un tesoro" que 'une' a cristianos y musulmanes "mucho más allá de nuestras diferencias", prosigue el mensaje, y "nos recuerda que todos somos criaturas, espirituales, encarnadas y amadas, llamadas a vivir en la dignidad y el respeto mutuo".

"Deseamos convertirnos en custodios de esta dignidad sagrada, rechazando toda forma de violencia, discriminación y exclusión", añaden el cardenal Koovakad y monseñor Kodithuwakku Kankanamalage, señalando que, al celebrar el Ramadán y la Cuaresma al mismo tiempo, cristianos y musulmanes tienen “una oportunidad única para mostrar al mundo que la fe transforma a las personas y a la sociedad, y que es una fuerza motriz para la unidad y la reconciliación”.

"Los valores que compartimos, como la justicia, la compasión y el respeto por la creación, deben inspirar nuestras acciones y relaciones", prosiguen, “y servirnos de brújula para ser constructores de puentes en lugar de muros, defensores de la justicia en lugar de la opresión, protectores del medio ambiente en lugar de destructores”. La "fe y sus valores", además, deben ayudar a "ser voces que se alcen contra la injusticia y la indiferencia y proclamen la belleza de la diversidad humana".

Un musulmán reza durante el mes sagrado islámico del Ramadán. | Crédito: DVIDSHUB vía Flickr, CC BY 2.0 en ACI Prensa

El Id al-Fitr, ocasión de encuentros fraternales entre musulmanes y cristianos

Por último, el mensaje expresa el deseo de que "las oraciones", "los gestos de solidaridad" y "los esfuerzos por la paz" por parte de los cristianos "sean signos tangibles" de "amistad sincera" con los musulmanes y de que la fiesta del Id al-Fitr "sea una ocasión de encuentros fraternos entre musulmanes y cristianos" para "celebrar juntos la bondad de Dios".

"Estos momentos sencillos pero profundos de compartir son semillas de esperanza que pueden transformar nuestras comunidades y nuestro mundo", concluyeron el prefecto y secretario del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, con la esperanza de que “la amistad” con los musulmanes “sea una brisa refrescante para un mundo sediento de paz y fraternidad”.

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