Tiempo Litúrgico: Pascua.
Color del día: Blanco.
Antífona de entrada
Sab 10, 20-21
Celebraron a coro tu mano vencedora, Señor, porque la sabiduría abrió la boca de los mudos y soltó la lengua de los niños. Aleluya.
Gloria
Gloria a Dios en el Cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre Todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo Tú eres Santo, sólo Tú Señor, sólo Tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén.
Oración colecta
Oh, Dios, que has reunido pueblos diversos en la confesión de tu nombre, concede a los que han renacido en la fuente bautismal una misma fe en su espíritu y un mismo amor en sus obras. Por nuestro Señor Jesucristo
PRIMERA LECTURA
Matasteis al autor de la vida, pero
Dios lo resucitó de entre los muertos
Lectura del libro de los Hechos
de los Apóstoles 3, 11-26
En aquellos días, mientras el paralítico curado seguía aún con Pedro y Juan, todo el pueblo, asombrado, acudió corriendo al pórtico de Salomón, donde estaban ellos.
Al verlo, Pedro dirigió la palabra a la gente: «Israelitas, ¿por qué os admiráis de esto? ¿Por qué nos miráis como si hubiéramos hecho andar a este con nuestro propio poder o virtud? El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y de quien renegasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo.
Vosotros renegasteis del Santo y del Justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos de ello.
Por la fe en su nombre, este, que veis aquí y que conocéis, ha recobrado el vigor por medio de su nombre; la fe que viene por medio de él le ha restituido completamente la salud, a vista de todos vosotros.
Ahora bien, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, al igual que vuestras autoridades; pero Dios cumplió de esta manera lo que había predicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer.
Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados; para que vengan tiempos de consuelo de parte de Dios, y envíe a Jesús, el Mesías que os estaba destinado, al que debe recibir el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, de la que Dios habló desde antiguo por boca de sus santos profetas.
Moisés dijo: «El Señor Dios vuestro hará surgir de entre vuestros hermanos un profeta como yo: escuchadle todo lo que os diga; y quien no escuche a ese profeta será excluido del pueblo.» Y, desde Samuel, en delante, todos los profetas que hablaron anunciaron también estos días.
Vosotros sois los hijos de los profetas, los hijos de la alianza que hizo Dios con vuestros padres, cuando le dijo a Abrahán: «En tu descendencia serán bendecidas todas las familias de la tierra.» Dios resucitó a su Siervo y os lo envía en primer lugar a vosotros para que os traiga la bendición, apartándoos a cada uno de vuestras maldades».
Palabra de Dios.
Reflexión sobre la Primera Lectura
l milagro realizado le da ahora la oportunidad a Pedro de explicar el mensaje de la salvación a todos los que se acercan por curiosidad a él.
La curación del paralítico es el signo de lo que Jesús quiere y puede hacer con todos aquellos que tienen fe en su resurrección. Jesús quiere que todos caminemos, que seamos totalmente renovados por la fuerza de su Espíritu. Ha venido para traernos una vida nueva como la que ahora se manifiesta en el paralítico. Ya no pedirá más limosnas, ahora se ha integrado al grupo de testigos de Cristo.
Tú y yo somos llamados a manifestar, como el paralítico, que el nombre de Jesús tiene poder, que por su amor tenemos una vida nueva llena de paz y alegría; pero al mismo tiempo, como Pedro, debemos aprovechar toda oportunidad para que los demás conozcan acerca de este nombre poderoso que es capaz de transformar la vida del hombre.
Salmo responsorial
Sal 8, 2a y 5. 6-7. 8-9
R. ¡Señor, Dios nuestro, qué admirable
es tu nombre en toda la tierra!
- ¡Señor, Dios nuestro, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para mirar por él? R.
- Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies. R.
- Rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por el mar. R.
Aclamación antes del Evangelio
Sal 117, 24
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Este es el día que hizo el Señor; sea nuestra alegría y nuestro gozo. R.
EVANGELIO
Así estaba escrito: el Mesías padecerá
y resucitará de entre los muertos
al tercer día
Lectura del santo Evangelio
según san Lucas 24, 35-48
En aquel tiempo, los discípulos de Jesús contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dice: «Paz a vosotros».
Pero ellos, aterrorizados y llenos de miedo, creían ver un espíritu.
Y él les dijo: «¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo».
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Pero como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: «¿Tenéis ahí algo de comer?».
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos.
Y les dijo: – «Esto es lo que os dije mientras estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo escrito en la Ley de Moisés y en los Profetas y Salmos acerca de mí»
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras.
Y le dijo: – «Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto».
Palabra del Señor.
Reflexión sobre el Evangelio
La evangelización en el mundo está basada en el testimonio. Jesús les dice a los que lo vieron, a los que comieron con él: "Ustedes son testigos de esto". Ciertamente nosotros no somos testigos oculares de la resurrección de Jesús, nosotros aceptamos el testimonio de la Iglesia y de la Escritura y creemos en estos fieles testigos.
Sin embargo, Jesús se sigue presentando en nuestras asambleas litúrgicas, en nuestra misma oración personal, para asegurarnos de una manera misteriosa, por medio de la fe, que está vivo. Por ello nosotros también estamos unidos a la obra de la evangelización. Nuestra evangelización será tan poderosa y convincente como nuestra experiencia de Jesús resucitado.
Hemos vivido en estos últimos días una fuerte experiencia del amor de Dios al celebrar una vez más los misterios de la resurrección de Cristo, ¿podríamos decir que nuestra experiencia de Dios es más fuerte que el año anterior?
Si alguien te preguntara sobre Jesús y tu relación con él, ¿tendrías una experiencia en tu propia vida que testificara tu fe en Jesús? La Pascua es esencialmente un tiempo maravilloso para tener un encuentro personal con Cristo, que sea capaz de cambiar nuestra vida y convertirnos en sus testigos. Abre bien tus ojos y oídos.
Antífona de comunión
Cf. 1 Pe 2, 9
Pueblo adquirido por Dios, anunciad las proezas del que os llamó de las tinieblas a su luz maravillosa. Aleluya-
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén
Oración después de la comunión
Escucha, Señor, nuestras oraciones para que el santo intercambio de nuestra redención nos sostenga durante la vida presente y nos dé las alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración
Señor, que mi vida sea una constante invitación a los que te rechazan, que puedan todos ellos quedar admirados y plenamente convencidos de que mi manera de vivir y todo lo bueno que me ocurre se debe a tu nombre y a la fe en ti; que sepan que eres tú quien me auxilia, guía y dirige. Amén.
Acción
Hoy compartiré con alguien cercano algo maravilloso que Dios haya hecho en mi vida.
Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).
